Diferentes bebidas y embarazo: agua, leche, bebidas refrescantes y bebidas alcohólicas

La mujer embarazada necesita hidratarse bien, a base principalmente de agua y de otras bebidas como la leche, zumos o refrescos. En este artículo te explicamos las ventajas o desventajas de cada una de estas bebidas.

Agua: el agua es la bebida por excelencia. Es la opción perfecta para hidratar el organismo, para mantener la piel sana, combatir el estreñimiento y mejorar todas las funciones básicas del cuerpo. Durante el embarazo, las necesidades de agua aumentan, por lo que la mujer embarazada debería beber de 6 a 8 vasos de agua al día. Recordar que el agua no contiene calorías por lo que no engorda.

Leche: la leche está compuesta mayoritariamente de agua (88%) que junto con las proteínas (3,3%), la lactosa (azúcar de la leche 4,5%), el calcio (110mg/ 100ml) y las vitaminas, la convierten en un alimento muy completo que además de hidratar, proporciona elementos básicos para la correcta alimentación de la madre y del bebé. La cantidad de leche recomendada durante el embarazo es de tres vasos al día, preferiblemente escogiendo la versión desnatada o semidesnatada.

Zumos: los zumos naturales o envasados proporcionan una importante cantidad de agua (aprox 80-95%, dependiendo de la fruta), vitaminas y minerales. Contienen entre un 12 y un 14% de azúcares, incluso los naturales, ya que la fruta es rica en esta sustancia, lo que hace que su consumo deba ser moderado y no sustituya realmente a la fruta, ya que ésta, además, aporta fibra. Si en una naranja mediana, la cantidad de azúcar es de 22 g, aproximadamente, en un zumo hecho con tres naranjas la cantidad de azúcar se triplica. Los zumos no deberían ser las bebidas habituales, sino esporádicas y no sustituyendo a la fruta fresca y de temporada.

Refrescos: la mayoría de los refrescos comerciales tienen una importante cantidad de azúcar, aprox. 12% (3 cucharadas soperas de azúcar por lata de 330 cc). Muchos de ellos contienen además, excitantes como la cafeína o una cantidad importante de gas, por lo que su consumo durante el embarazo debería moderarse. Las opciones light, sustituyen el azúcar, por edulcorante artificial, tipo sacarina, aspartamo u otro preparado, todos ellos sin valor calórico.

La horchata de chufa: se considera algo más que una bebida refrescante. Es un producto nutritivo con un contenido considerable de proteínas, grasas, minerales y azúcares. Sus principales cualidades, además de hidratar y refrescar, son energéticas, anti flatulentas y diuréticas. Es una bebida, rica en solutos, que puede ayudar a reponer las pérdidas de minerales tan importantes como el sodio, el potasio o el calcio. Un vaso de horchata es algo más calórico que un vaso de leche, menos que un helado cremoso y parecida a un refresco, pero mucho más nutritiva que éste.

Alcohol y embarazo: tolerancia 0
El alcohol es una sustancia tóxica que el organismo adulto y sano puede, en cantidades moderadas, metabolizar y eliminar de manera eficaz, sin consecuencias perjudiciales para el bebedor.

Esta premisa NO es válida para la mujer embarazada. Cualquier cantidad de alcohol que beba la gestante, por poco que sea, ya venga de una cerveza, un vasito de vino o una copa de cava, va a pasar también, por el organismo del bebé.

Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste viaja por vía sanguínea y llega a la sangre, los tejidos y los órganos del bebé. Eso significa que cuando una embarazada se toma un vaso de vino, su bebé también se toma un vaso de vino.

Tomar alcohol puede perjudicar el desarrollo del bebé. El alcohol se descompone mucho más lentamente en el cuerpo del niño que en un adulto; eso significa que el nivel de alcohol en la sangre del bebé permanece elevado por más tiempo que en la madre. Esto es muy peligroso y algunas veces puede llevar a que se produzcan daños muy serios.

Por ello, durante el embarazo está totalmente desaconsejado el consumo de cualquier bebida alcohólica, por ligera que sea.

Recuerda que durante el embarazo es muy importante mantener una correcta hidratación. La bebida por excelencia siempre es el agua, pero hay otras alternativas que, de forma esporádica, pueden ayudar a mantener dicha hidratación.

¡Importante, durante el embarazo, alcohol cero!